Lujuria

I


Parte los navíos.
La luna puerto, tus ojos mares.
Lujuria.

Me llaman tus pechos
ojos de amantis religiosa
subo a la curva
de tu cuerpo más tibio que mis manos
una mirada
luciérnagas de abril
voy cayendo hasta tu fondo
tu desnudez estampa
labios besándome los párpados

Tus pechos me llaman
acero vivo dándome la mano
tu cintura, el imperio
mi ropa, república vencida
arbustos en guerra florida
víctima, esclava aprisionada

los ruidos nos repiten
voy rendido hacia tu abismo
eres mi diosa
sepultada entre mi viento

tus pechos aleteos de mariposas
islas, lunas, mares
eternidad entera besándome la boca.
Tu pechos me llaman,
acepto la eucaristía de cada noche




II


Te camino con mis letras
Azúcar húmeda tu piel

La luna se derrama
en medio de la noche y de la nada
Tu garganta habla con una lengua primigenia

Resbalo cuan infante
en las laderas tus muslos
gramática del tacto, ciencia de los sueños

En mis poemas
dibujo el mapa de tu rostro
el puerto de tu boca
Una nube, los silencios de tu pecho

Voy cayendo hasta tu fondo
bestias amando como hombres
hombres continuando como bestias

La ruta de tus labios
es de besos infinitos
un secreto se revela:
el verbo rojo de tu desnudez eterna.

Provoco el incendio de tu cuello
soy Colón en los mares de tus ojos

Tu cabello duerme
la habitación es nuestra piel

Las sábanas estorban
a la guerra de mis manos por tus manos
tu frente es la rama,
donde anido cada invierno.
tu cuerpo, metáfora imposible

Asciendo tus alturas, escalo tus volcanes
rendido
vuelvo y bebo de tu valles
y sueño saborearte
despierto en el cosmos de tu ombligo
soy insecto enamorado
de una mujer enorme

Extiendo mis alas
tu desnudez interrumpida
tu cuerpo, ciudad amurallada
un beso nocturno desata la hecatombe

tus pechos peces de agua dulce
tus caderas dogmas
tu sexo terciopelo, tus labios espinosos
en mi rostro, los poemas de tu boca, con rasguños.

Me desdoblo por los pliegues de tu sexo
tus uñas escriben en mi espalda
la noche entera abraza nuestro crimen



III


Es blanca
la luz que desborda la ventana

frágil
el silencio de tu piel desnuda

tu espalda se rindió
tenuemente
la madrugada fue un lago bajo la llovizna

mis brazos quieren repetirte
estatua de sal y muros de agua
versos de luz sobre tu cara

perpetua y frágil la línea de tu sueño
soy piedra en un ritual de nubes
eres primavera, soy un siglo

Tu cadera rompe la ley del horizonte
Mi sangre avanza
mi milicia amenaza con besarte
virgen nueva
abadía
letra escrita para nunca repetirse
cierro lo ojos y decido contemplarte
quietud los lienzos de tu piel
tus cabellos, residuos de la noche

el día resbala por tus hombros
el primer testigo ha despertado
antes del amor, prefiero conservarte
cual secreto
silenciando mis pupilas
tus rasguños, mis heridas, palabras que se cierran

a lo lejos alguien habla
la ciudad avanza
el espejo abre los ojos… los navíos han vuelto de la noche.