Perder mi nombre

perder
mi nombre entre tus muslos
sonreír
creer un poco
en la perdición de las liturgias
en la brevedad de las aristas
para ser voz que crece al revés del horizonte

beberte
hasta agotar la última secuela de tu química

un vitral
impregnado de formas bárbaras
trazos, demonios, sangre funesta de presagios negros
un espectro sellado por tus vellos
un sentido maltratado
un prócer de la patria derrotada

todo por morder tus senos
por masticar el color
de sus aureolas
como mastín directo de las flamas
y ser bajeza, procaz delirio de procaces hembras
en espurios equilibrios

dejar mi fuerza dentro de tu sexo
para columpiar mi semen
en tu ciclo de reproducción y muerte
ser un improperio
saliendo de tus cuevas

y así llamarme
como nueva consorte de mi forma
lejos de mi nombre
en la bifurcación de las entrañas
en la ceguedad de los instantes
ser los ácidos
de tu sudor, la sal de tus ballestas
ser tus líquidos
en la renta de los astros y las lunas
ser el bendito de tu cuerpo
y culminar con gritos, cuna de ignominia
el frenesí del diablo
o el ritual de tu deseo.

Ser igual la cruz que prohíbe tu matriz
que santigua tu apetito...